Sr. Lector: No guiarse por estos trenes para sus viajes, algunos puede ser que ya no circulen. Grandes Viajes en Tren. Viajes por distintos países. Sitio sin fines de lucro.

miércoles, 17 de octubre de 2018

El Transalpino (Nueva Zelanda)

CHRISTCHURCH - GREYMOUTH

Este servicio diario entre las costas este y oeste de la isla Sur de Nueva Zelanda, a través de los espectaculares Alpes del Sur, ofrece a los viajeros un paisaje magnífico imposible de contemplar por carretera, además de una selva tropical, montañas nevadas y una suave campiña verde.

La isla Sur de Nueva Zelanda cuenta con algu­nos de los paisajes montañosos más especta­culares y accesibles del mundo. Situada en el gran océano del Sur, su clima está influido por los vientos húmedos y fríos que soplan del oeste. Los Alpes del Sur, que forman una barrera contra estos vientos, llegan hasta los 3.000 metros de altura y recorren la isla en toda su longitud. Por consiguiente, el lado oeste de la isla sufre grandes precipitaciones y tiene una temperatura modera­da, lo cual origina una exuberante selva subtropi­cal. En un claro contraste, la costa este de la isla es relativamente seca, debido al efecto föhn (un viento seco y caliente que baja de las montañas). La mayor parte de las tierras bajas del este está ocupada por las llanuras de Canterbury.
Alrededor de 1860, el descubrimiento de oro en la costa oeste llevó a la construcción de una carretera que partía de Christchurch. Más tarde, la necesidad de transportar madera y carbón hizo necesario un ferrocarril, un medio eficiente para llevar los materiales; la construcción empezó en 1867. El problema de atravesar los Alpes del Sur se solventó con un túnel excavado a partir del Paso Arthur (737 metros sobre el nivel del mar), con una pendiente de 30,30 milésimas por metro y una longitud de 8,6 kilómetros. La línea no se terminó hasta 1923, debido a los altos costes y a las dificultades de construcción.
La Nº 3.580, una locomotora de General Motors Serie DJ, a la cabeza del tren, cruza la garganta del río Broken, entre Springfield y Arthur's Pass. Esta fotografía ilustra claramente la dificultad del terreno con la que se encontraron los constructores del ferrocarril cuando empezaron a trabajar, a finales del siglo XIX.
La partida de Christchurch
La impresionante estación ferroviaria de Christ­church, dominada por una torre con reloj, ya no muestra la actividad frenética de los otros tiempos. Una puerta pequeña en el extremo este es el acce­so al despacho de venta de billetes y al vestíbulo. Durante los años 90, el resto del edificio se con­virtió en elegantes oficinas.
La popularidad de esta excursión queda refle­jada en la cantidad de gente que hay congregada en el andén. En esta fría mañana de primavera, la mayoría es turistas extranjeros y unos cuantos via­jeros que se encaminan a sus puestos de trabajo. El color distintivo del tren es el azul eléctrico, con una banda longitudinal roja y blanca por debajo de las ventanas panorámicas (1x2 m.) La locomoto­ra diésel eléctrica, de color azul, con los testeros y el contorno amarillos, está siendo remolcada. El agente del tren permanece ante la puerta y va designando los asientos, los cuales están tapizados con lana de Canterbury y dispuestos, respaldo con­tra respaldo, en grupos de cuatro, con mesas para comer en medio. Por el interfono se anuncia la inmediata partida del Transalpino y con un toque de bocina de la locomotora los siete coches del tren (seis de viajeros y el furgón de cola) se ponen en marcha.
Al igual que otras muchas ciudades, Christchurch cuenta con unas zonas industriales y alma­cenes que bordean la línea férrea. Al dejar la ciu­dad, el tren aumenta su velocidad y se une a la línea principal de enlace con la isla del Sur. A las llanuras de Canterbury les sucede Cityscape. En Rolleston, sube un par de excursionistas con sus mochilas; luego, el tren deja la línea de enlace y, girando hacia el oeste, entra en la línea de Mid­land.
Puesta de sol en las llanuras de Canterbury y Port Hills desde Mount Thomas, al norte de Canterbury. Estas llanuras aluviales bajan por el lado este de la isla del Sur y, durante los 55 km del trayecto Christchurch-Greymouth, a ambos lados de la vía se suceden estas suaves praderas.
Un paisaje inglés
A una velocidad de unos 90 km/h, el tren avanza con rapidez por estas vías rectas y de pendiente suave, casi imperceptible. El día es claro y el Sol aún no se ha metido en la niebla baja. El paisaje es llano y verde, con hileras de árboles de hoja perenne que dividen el terreno en grandes rectángulos. Hay algunas granjas resguardadas por terrazas de árboles de hoja caduca, robles, olmos y tilos, cubiertas de la hierba verde de la primavera. A esta zona se la compara con el paisaje llano del este de Inglaterra.
Tras unos 55 km de recorrido, aproximadamen­te, la siguiente parada es Darfield, a una altura de 198 metros. Cuesta creer que, tan sólo hace un par de meses, la nieve caída causó la pérdida de nume­rosas ovejas. A medida que el Sol va subiendo, la niebla desaparece y, de vez en cuando, se vislum­bra el pico nevado de una montaña.
A una hora y veinte minutos de Christchurch el tren entra en Springfield, que se encuentra a una altitud de 383 metros. Una parada de diez minutos permite estirar las piernas. La estación de Spring­field, ahora desierta, era antes el cruce de una línea secundaria y un depósito de locomotoras de vapor. Aquí se enganchaban las potentes locomotoras 4-8-4 de la Serie Kb o J para arrastrar los trenes en la pronunciada pendiente del Arthur Pass.
Para entonces ha subido al tren un tropel de japoneses y el cielo se ha despejado, dejando ver la primera imagen cercana de los Alpes del Sur. Las estribaciones montañosas cubiertas de nieve suben a la sierra de Torlesse.
Una vez se ha dejado atrás Springfield y cruzado el río Kowai, las azafatas y el agente del tren sirven té Devonshire. “Kowai” es una palabra maori que literalmente significa “reunirse las aguas” y, ense­guida, el Kowai se une al río WaimaKariri.
El Expreso Transalpino se dirige hacia el este, procedente de Cass, con una General Motors diésel eléctrica de la Serie DJ en cabeza. Estas locomotoras se han venido utilizando en este itinerario desde diciembre de 1992.
Un paisaje más estimulante
Las colinas y la altiplanicie se ven sustituidas por una espectacular garganta y una cadena de colinas nevadas y laderas pedregosas. El tren entra en el pri­mero de los 19 túneles, anuncio de un tramo de vía espectacular. Mientras el viaducto Patterson Creek va quedando atrás, la subida se acentúa y las dos diésel GM trabajan más duramente. La gente inten­ta fotografiar la parte trasera del tren y la vista bajo la garganta. Cinco túneles más se suceden con rapi­dez, y se alcanza a ver el WaimaKariri nevado ser­penteando camino a la costa este. El túnel número 6 empieza el descenso al viaducto de Staircase, que, a 73 metros de altura, es el más alto de la línea. Este paisaje está reservado solamente a los que viajan en tren, pues la carretera se aparta del ferrocarril en Springfield y no vuelve a unirse a él hasta Cass. 
Luego viene el río Broken. Durante los cuatro años que duró la construcción del viaducto, ésta fue la estación de cabecera. Los viajeros iban en coche de diligencia a través de la garganta hasta coger un nuevo tren al otro lado. Aquí, según dicen, había una colonia, pero ahora no queda rastro de ella. A medida que el tren va subiendo a las tierras altas de Canterbury, nos encontramos con más túneles, estrechos y sombríos valles, y sauces cubiertos de escarcha y pastizales. Cerca de Craigiebum, un cerro de 622 metros de altura, empieza la bajada de Cass, donde nos volvemos a encontrar con el rio WaimaKariri, a una altitud de 549 metros. Se va abriendo el valle y las colinas peladas bordean las cumbres cubiertas de nieve. Montecillos de hierba, espinos y rosas silvestres forman la vegetación.
El tren avanza con facilidad a lo largo de rectos terraplenes, el rio queda a la izquierda y el paisaje es extraordinario. Una vez pasado Cora Lynn, el tren entra en el Parque Nacional de Arthur's Pass. Tras bordear Klodyke Corner, penetra en el valle del río Bealy, donde se encuentra el término muni­cipal de Arthur's Pass y la estación. Al otro lado del río Bealy, la carretera vuelve a encontrarse con el ferrocarril. Arthur's Pass es un centro turístico para la práctica del esquí, la caza y las excursiones, y donde las residencias de veraneo de la clase acaudalada se cobijan entre los árboles.
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◄ Espectacular vista aérea de la garganta de un río, al norte de las llanuras de Canterbury. Al fondo se ven los picos nevados de la sierra de Torlesse.
━━━━━━━━━━━━━━━Aquí, en los primeros años del ferrocarril, las locomotoras eléctricas reemplazaban a las de vapor en los 6,6 km que tiene el túnel de largo, permitiendo que los pasajeros pudieran tomar un refrigerio durante 20 minutos. Con las diésel modernas este cambio no es necesario general­mente, aunque los trenes de carbón que se dirigen al puerto de Lyttelton siguen utilizando tres loco­motoras eléctricas modernas para cruzar el túnel.
La estación está situada a 737 metros, siendo la más alta del país. Cuando llega el tren, alrededor de las 10 horas, el agente anuncia una parada de 10 minu­tos. Algunos viajeros aprovechan la ocasión para fotografiar la locomotora y el paisaje. Un tren de carbón muy largo, con vagones tolva de 50 toneladas, pasa retumbando con tres locomotoras eléctri­cas de la Serie NZR Ea en cabeza. Enseguida, un pitido procedente de nuestra locomotora hace que los pasajeros vuelvan apresuradamente al tren.
Cuesta abajo hasta Otira
Una vez más en camino, el tren cruza el río Bealy y penetra en el túnel de Otira, donde la cuesta abajo conduce al término municipal del mismo nombre. El paisaje cambia los bosques de haya por los riscos cubiertos de líquenes, junto al cauce tumultuoso del río Otira.
La estación de Otira está 4 km por debajo de la cara oeste del túnel, a una altura de 376 metros, marcando el final del único tramo electrificado de la isla del Sur. Otira es una aldea pequeña, con depósitos de locomotoras y con unas casas para los trabajadores funcionales pero poco atractivas. Al igual que la de Arthur's Pass, ésta solía ser una parada para tomar un refrigerio, y la estación, ahora cerrada, muestra signos de un pasado ilustre. El tren hace una parada para los viajeros que no son turistas. La cocina del tren vuelve a abrirse y se ofrece comida caliente a los viajeros.
Ovejas pastando en una meseta, y al fondo los Alpes del Sur. La raza Corriedale se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX, cruzando ganado Romney y Lincoln con ovejas merinas. En la isla del Sur, existen alrededor de 1,5 millones de ovejas Corriedale y vive 1 millón de personas.
A través de ríos y lagos
El tren circula ciñéndose, a la derecha, al tumul­tuoso río TaramaKau, crecido con las lluvias y, a la izquierda, al exuberante bosque recubierto de musgo. Una vez más, dejamos atrás las cumbres nevadas y pasamos por unas cuantas vaquerías. Un puente largo y bajo cruza el río TaramaKau; des­pués, el tren gira a la derecha a través de un valle poco profundo con el lago Poerua a la izquierda reflejando las montañas y el cielo azul. Clematis blancas se enredan sobre el dosel que forma la vegetación originaria de la selva subtropical.
A la orilla del lago más grande y hermoso de la provincia de Westland, el lago Brunner, se encuen­tra el famoso refugio de pesca Mitchells. Bordean­do la orilla norte, el tren se para en Moana, un pequeño centro turístico. A una altura de 91 metros, Moana (palabra que significa “agua”) dis­pone de una estación ferroviaria privada, un depó­sito de carga y un jefe de estación que busca espo­sa, según dijeron por megafonía.
Una vez dejado el lago, el Expreso Transalpino continúa cuesta abajo a través de un valle pantanoso que sigue al sinuoso río Arnold hasta el empalme de Stillwater. Un tren de carbón con dos locomotoras diésel espera en el cruce a que pase el Transalpino. Todas las líneas principales de la isla del Sur son de vía única al pasar por los cruces o apartaderos de las estaciones. A principios del siglo XX, las mercancías y el material se cargaban en estos apartaderos.
A partir de Stillwater, la línea sigue el profundo y fangoso río Grey, pasadas las antiguas minas de car­bón. Una vez cruzado el último túnel, el número 19, el tren sigue la carretera principal en el interior de Greymouth. Los días en que Greymouth, la ciudad más importante de la costa oeste de la isla del Sur, era un lugar próspero, primero con minas de oro y luego de carbón, quedan muy lejos, y su población (8.000 personas, aproximadamente) está disminuyendo.
El trazado de la línea de "El Transalpino" (The TranzAlpine) de costa a costa.

Fotos más actuales de "El Transalpino" (The TranzAlpine) 

CC BY-SA 4.0 ©TrainboyMBH licencia internacional Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 - Archivo: El TranzAlpine en dirección este, remolcado por las DXC's 5391 y 5333, llegando a Springfield.jpg-Creado el 21 de diciembre de 2016. 
CC BY-SA 4.0©TrainboyMBH Archivo: TranzAlpine departing Springfield.jpg - Creado el 24 de enero de 2016 licencia internacional Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 - Las locomotoras DFB 7241 y DXC 5270 salen de Springfield con el TranzAlpine.
CC BY-SA 4.0 ©Maksym Kozlenko Archivo: Diesel locomotive 4761.jpg-Creación: 7 de junio de 2008-licencia internacional Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 - Las diésel DCPs 4761 y 4801 con el TranzAlpine en Arthurs Pass. 
Fuente: El Mundo de los Trenes - Ediciones del Prado S.A. 1997 - Madrid (España), salvo mención expresa.

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